Confiar en Dios es un paso hacia la solución de cualquier problema,
porque la confianza nos da acceso al amor de Dios y éste es una fuerza
armonizadora lo suficientemente poderosa para sanar cualquier situación
adversa.
El amor de Dios expresado por medio de nosotros ve más allá de las
apariencias externas de limitación al bien innato en todas las personas.
El amor de Dios es compasivo, sin embargo, es positivo y fuerte. No
resiste la rivalidad ni la contienda, sino que las disuelve. El amor de
Dios transforma el resentimiento y la insatisfacción en aprecio y
reemplaza la crítica con la alabanza.
No hay situación sin armonía que la comprensión del amor de Dios no pueda ser útil.
Cuando las cosas a nuestro alrededor nos perturban, dirijámonos a Dios y
al amor divino. Como Dios es parte de toda la creación, Él mora no sólo
en nosotros sino también en nuestro medio ambiente, en nuestros
alrededores y en las circunstancias de nuestras vidas.
Cuando tenemos el conocimiento y la comprensión del amor de Dios en
nosotros y a nuestro alrededor, nuestro ambiente cambia. Nos vemos y
vemos nuestro mundo por medio de ojos espirituales, ya no viendo
desorden ni falta de armonía, sino reconociendo la paz y el amor divinos
en las mentes y los corazones de todos. Y expresamos amor divino,
cambiando nuestro mundo de lo que parece ser un mundo sin armonía, con
duda y temor, a un mundo de fe, amor, felicidad y satisfacción.
Date cuenta que eres una expresión perfecta del amor de Dios y que a
medida que te alineas más con el amor de Dios, tu vida será un cántico
de felicidad. Tus contacto con los demás serán gozosos y armoniosos.
El amor de Dios irá delante de ti y emparejará el camino. Dondequiera
que vayas, la gente estará contenta de verte a causa de tu actitud
amorosa. Lo que quiera que hagas, lo harás con facilidad y éxito.
Cualquier decisión que debas tomar, la tomarás con sabiduría, porque el
amor de Dios abrirá tus fuentes internas de sabiduría y guía. Tu mente
estará abierta y receptiva al amor de Dios y recibirás:
“Espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de poder,
espíritu de conocimiento.”
—Isaías 11:2
El amor de Dios mantendrá tu corazón sereno para que puedas enfocar tu atención en la armonía y felicidad que deseas.
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